Doy gracias al Señor por el estudio diligente de la Escritura que el Señor ha puesto en muchos de sus hijos. Así como se han levantado muchas falsas iglesias el Señor también ha levantado un pueblo celoso por Su maravillosa Palabra el que la Iglesia encuentre deleite en las Escrituras es una oración de muchos y es nuestra oración también que la Escritura se impregne en nuestras vidas.
Deseamos que cada día los creyentes puedan dominar la verdad, pero también es nuestra oración que la verdad nos domine .
Leamos la exhortación del Apóstol Pablo a su hijo en la fe, Timoteo:
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. (1 Timoteo 4:12)
“Cuando falta una norma manifiesta de piedad, se reduce drásticamente el poder de la predicación, dejándola como una concha vacía. La vida de un ministro es su más poderoso mensaje, y debe respaldar lo que dice, o es mejor que no lo diga. La predicación con autoridad se daña mucho si no hay una vida virtuosa que la respalde”. (John MacArthur )
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. (Santiago 1:22)
“No hay verdadero conocimiento donde no hay verdadera piedad”. Joel Beeke
La juventud está siendo arrastrada por este gran mal: jóvenes muy buenos con la teología pero que llevan muy malas vidas. Hemos imitado de los reformadores y puritanos sus doctrinas, pero no la manera en que vivían.
Debemos reflexionar ante esta gran y lastimosa realidad donde estamos muy enfocados en lo que los hombres saben, pero no en cómo viven.
Mis amados si la teología va hacer algo en nuestras vidas que sea transformarla cada día mas. Cuan maravillosa luce la verdad resplandeciendo en la vida de los hombres.
De Cristo nuestro gran Salvador la gente se maravillaba con la autoridad de como enseñaba, pero también nos dice la Escritura que su testimonio era impecable. Del Apóstol Pablo podemos aprender lo mismo.
Mis queridos hermanos no olvidemos que en todo momento y en todo lugar debemos dar testimonio de la obra que Cristo ha hecho en nuestras vidas. Estamos llamados a vivir vidas piadosas, vidas que reflejen a Cristo.
Decía el príncipe de los predicadores, Charles Spurgeon:
“Para tener un andar piadoso rumbo al cielo nada te servirá tanto de ayuda como llevar la imagen de Jesús en tu corazón y permitir que él gobierne tus emociones. Serás el ser más feliz y de la mejor manera exhibirás su cualidad de hijo si caminas con Jesús siguiendo sus pisadas, fortalecido por el poder de su Espíritu Santo… Los creyentes profesantes que son incoherentes e inconstantes producen más daño al Evangelio que el ateo o el crítico mordaz”.
Quisiera finalizar brindándoles algunos consejos:
- Reconozcamos nuestra debilidad y roguémosle al Señor que ponga en nosotros tanto el querer como el hacer, sin su ayuda es imposible aplicar las verdades aprendidas a nuestras vidas.
- Que cada luz que recibimos nos lleve a crecer en humildad, y que podamos decir como el profeta Isaías "soy hombre de labios inmundo “y junto Abraham "soy polvo y ceniza" cuanto mayor es la luz que recibimos de las Sagradas Escrituras veremos mejor nuestros pecados y deficiencias y eso nos ayudara a crecer en humildad.
- No quedemos satisfechos con el conocimiento esforcémonos con obedecer las verdades aprendidas.
El Señor nos ayude cada día a vivir a la luz de la Palabra de Dios.
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Referencias
1. ↑ Publicado originalmente en http://deregresoalaescritura.jimdo.com/
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