“Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.” — Lucas 13:23–24
Supongo que estoy declarando una absoluta verdad cuando digo que probablemente no haya otra cuestión que más personas discutan tan a menudo como la que forma parte de mi texto de esta noche. Se trata abundantemente en la escuela dominical, en la escuela bíblica, en los grupos de debate, sí, en las tabernas y en cualquier otro lugar donde surja la religión como tema de conversación. Probablemente no haya nadie aquí esta noche que no haya intervenido multitud de veces en semejante debate, nadie que no sostenga ideas dogmáticas y categóricas con respecto a la verdadera respuesta.