“Conozco, oh Jehová,
que tus juicios son justicia,
y que conforme a tu fidelidad me afligiste”
Sal. 119:75 RV60.
Este es el reconocimiento del cristiano completamente satisfecho con la dispensación de Dios. Esta es su confianza, tan vigorizante para su propia alma; tan alentadora para la iglesia. Los tratos del Señor son llamados sus juicios, no en el sentido de tener maldiciones judiciales, sino como actos de su justicia al castigar el pecado. “Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” (1 Pedro 4:17).