30 enero, 2017

La Puntualidad: Un Asunto de Palabra por Curtis C. Thomas


Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Filipenses 2:3–4).


Los cristianos deben ser personas consideradas. Siempre debemos estar estar interesados en los intereses de los demás, no sólo en los nuestros. Sin embargo, muchos creyentes no practican esto cuando llegan habitualmente tarde a los servicios de la iglesia, a las clases,  a la labor del cuido de niños y otras obligaciones de los miembros, y cuando entregan tarde sus asignaciones y tareas.
Cuando una persona se compromete con una iglesia se está comprometiendo a asistir a los servicios. Sabe a qué hora inician los servicios. Por implicación está diciendo que él estará allí presente en las reuniones de la iglesia (¡no sólo en los últimos cuarenta y cinco minutos!). Cuando dice, por ejemplo, que va a enseñar una clase para niños a las 9:30 am, está diciendo que estará ahí en ese momento (o preferiblemente antes) y no que se rezagará cinco o diez minutos, mostrándose inconsiderado hacia los demás.