16 noviembre, 2017

LAS ESCRITURAS Y LAS BUENAS OBRAS por Arthur W. Pink


“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” 2 Ti. 3:16, 17
Al hombre, dejado a su suerte, siempre le ha sido imposible discernir la verdad entre lo que parecen ser doctrinas conflictivas, como son la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre; la elección por gracia y la proclamación universal del evangelio; la justificación por la fe de Pablo y la demostración de la fe por las obras de Santiago. Con demasiada frecuencia, donde se ha insistido en la soberanía absoluta de Dios, se ha ignorado la responsabilidad del hombre y donde se ha mantenido con firmeza la elección incondicional, se ha descuidado la predicación sin límites del evangelio a los incrédulos. Por otro lado, donde se ha enfatizado la responsabilidad humana y un ministerio evangélico, la soberanía de Dios y la verdad de la elección, por lo general se han ido reduciendo o se han ignorado por completo.