13 enero, 2017

"El fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre."



El Catecismo Breve de Westminster es la confesión de fe presbiteriana adoptada en 1648 por las Iglesias de Escocia, Inglaterra e Irlanda. La Confesión de Fe Bautista de Londres fue redactada en 1677 y publicada por la Asamblea General de las iglesias de Bautistas Particulares en 1689. Casi idéntica a la Confesión de Westminster, sus diferencias principales tienen que ver con el gobierno congregacional de la iglesia y el bautismo del creyente.
El Catecismo Bautista Bautista fue escrito en 1693 por William Collins y Benjamín Keach para la enseñanza de las doctrinas de la Confesión de Londres. 
En este Catecismo nos conseguimos con la siguiente pregunta: "¿Cuál es la finalidad principal del hombre?" Muchos de nosotros conocemos la respuesta.
"El fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre." Si bien esto no es una frase tomada directamente de las Escrituras, la sabiduría detrás de él sin duda lo es. La Biblia nos dice con gran claridad que el hombre fue creado con el fin de dar gloria a Dios. Así que, el fin principal de los cristianos y de la iglesia es traer gloria a Dios. No hay mayor vocación. Y como muchos escritores reformados nos ha dicho en repetidas ocasiones en sus libros y ministerio de enseñanza, lo hacemos por disfrutar de él para siempre. "El gran propósito de la vida es glorificar a Dios disfrutando de Él para siempre."

Creo, sin embargo, que muchas iglesias evangélicas no estarían de acuerdo con esto. Puede ser que no lo divulguen, pero sus acciones prueban que sienten que el hombre tiene una vocación más elevada. Me parece que muchas iglesias dirían, "El fin principal del hombre es evangelizar a los perdidos." Para muchos cristianos y para muchas iglesias locales NO hay  más alto objetivo que el de llevar a otros al Señor a traves del evangelismo.

Antes de continuar voy a afirmar que coloco un gran valor en el evangelismo y lo considero como un deber cristiano. Una iglesia que no le importa el evangelizar no puede ser una iglesia saludable y del mismo modo, un cristiano que nunca comparte su fe, lo mas probable es que está espiritualmente enfermo. El evangelismo es un privilegio y un honor y admiro a aquellos que han dedicado sus vidas a compartir las buenas nuevas con otros.

Pero no creo que la evangelización debe ser nuestra meta más alta.

Recientemente leí de un pastor de una pequeña iglesia que se había formado en gran parte sobre la base de los principios con Propósito. y se le preguntó ¿Como era el proceso de discipulado?. (con interés de involucrarse) La sorpresa es que la respuesta del Pastor, sin ningún remordimiento, fue que "si usted realmente está buscando una iglesia para crecer como cristiano,  esta no es la iglesia para usted." Luego pasó a explicar que su iglesia se orienta casi en su totalidad hacia la evangelización. Los servicios del domingo por la mañana fueron despojados de casi cualquier cosa que pudiera ofender: la confrontación del pecado, los estudios sobre la santidad y vida cristiana, la oración colectiva, la celebración de la Cena del Señor y así sucesivamente. La música fue hecha en el estilo de lo que era el más popular en la ciudad y la predicación siempre presupone casi ningún conocimiento de los principios bíblicos. Había una pequeña cantidad de entrenamiento de discipulado, pero sólo en un nivel muy básico. En otras palabras, esta iglesia fue impulsado por los no creyentes. Sus gustos  y disgustos y sus deseos se consideraron la base de todo lo que la iglesia era y hacia.

Una persona como este pastor, el cual es un ejemplo claro del tipo de evangélico que vemos en nuestras comunidades, aunque usted NO lo crea,  tiende a interpretar todo en la vida cristiana a través de esta falsa suposición de fin principal del hombre y  culpa a aquellos que no evangelizan constantemente. Se puede considerar que la teología como algo malo, algo que le quita tiempo y la posibilidad de evangelizar. A menudo he mantenido conversaciones con personas que sienten que la teología es en realidad la adversaria de la evangelización. Si estamos aprendiendo teología, podrían decir, nos estamos perdiendo oportunidades para evangelizar.

Creo que, en gran medida, esta creencia se basa en la suposición Arminiana de que todos los creyentes son responsables en última instancia del estado espiritual de nuestros semejantes. Se ajusta bien con la advertencia tantas veces repetida de que "hay gente en el infierno ahora, que están allí porque no se les predicó." Se supone demasiado de nuestra responsabilidad y nuestra capacidad (y la capacidad de la persona que escucha). Se habla muy poco a la obra de Dios en predestinar a unos para vida eterna y ciertamente habla demasiado poco al hecho de que hasta que el Espíritu abre los corazones, cada persona es ciega. "Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, está encubierto a los que se pierden. En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios(2 Corintios 4: 3-4).

La teología, si es un fin en sí mismo, puede ser malo. Suena extraño, pero es cierto. La teología no está destinado a ser un fin en sí mismo. Por el contrario, nuestra teología, debe impulsar y motivar a nuestras vidas. Nuestra teología debe capacitarnos para informar mejor de Dios en nuestro evangelismo. Tengo pocas dudas de que, habiendo estudiado teología en el último par de años, estoy mejor equipado para evangelizar ahora de lo que era hace dos años. Sé más de Dios, más de su carácter y más de Su Palabra. He llegado a ver los errores que solía hacer cuando evangelizaba y como saber corregirlos en el futuro.

Al hablar a la gente como el pastor mencionado muchas veces me han dicho, al menos implícitamente, que Dios sostiene un sujetapapeles gigante en la que toma nota de la cantidad de tiempo que pasamos aprendiendo sobre él y lo compara con la cantidad de tiempo que pasamos la enseñanza otros acerca de él. Si no mantenemos el equilibrio apropiado (como lo define  estas personas) Dios estaría disgustado con nosotros. Me he dado cuenta de que esto simplemente no es el caso. Somos responsables de tomar las oportunidades que se nos presentan en los que evangelizan y son responsables incluso para trabajar hacia la creación de este tipo de oportunidades, pero no veo ninguna razón para creer que estas actividades tienen que ser iguales en términos de tiempo y atención. Nuestra principal responsabilidad es asegurar que estamos trayendo gloria a Dios a través de nuestras vidas como usamos los dones y talentos que Dios nos ha dado y que sometemos constantemente nuestro tiempo y  talentos a él. 

By Johannes Chavez

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